A veces no quieres llorar, entonces aprietas con todas tus fuerzas los parpados y a veces logras contener tus lágrimas, a veces no quieres sonreír, asi que aprietas con fuerza tus labios y tu sonrisa no sale, y a veces no te quieres enamorar, pero sabes... el corazón no pide permiso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario